Este artículo sobre los límites entre la libertad de expresión y la discriminación es muy útil para Kholles, exámenes orales o incluso español escrito…
Al pensar en los límites de la libertad de expresión, es fundamental recordar la famosa cita: “Odio lo que piensas, pero defenderé tu derecho a decirlo hasta la muerte”.
Frase de la escritora británica Evelyn Beatrice Hall, extraída de su libro “Los Amigos de Voltaire”
Sabemos que la máxima más simple de la libertad es que se detiene donde comienza la libertad de los demás. Entonces, ¿podemos decirlo todo? esta es la pregunta a la que se dirige este articulo.
Pero, este debate es sin duda el debate más grande del mundo, involucra diferentes temas como la discriminación negativa y positiva, pero también diferentes materias. Esta pregunta es un debate filosófico, moral y legal. Para definir un poco más este debate, decidí restringir el tema al punto de visto legal de la cuestión.
Véase también sobre la libertad de expresión: el movimiento cancel culture
¿Cuál es el estado de la legislación española y latinoamericana sobre este tema?
La libertad de expresión es normalmente la regla y la lucha contra la discriminación la excepción.
España es Estado parte de varios tratados vinculantes que garantizan el derecho a la libertad de expresión. Estos tratados incluyen el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Convenio Europeo de Derechos Humanos del que España es parte. La Constitución española también reconoce en su artículo 20 la libertad de expresión
Sin embargo, aunque la libertad de expresión está garantizada en estos países por ley, la legislación española y latinoamericana tiende cada vez más a fortalecer las leyes contra la discriminación.
En América Latina, el gobierno venezolano está discutiendo una ley que penalizaría a quienes publiquen contenido calificado como discurso de odio hasta con quince años de prisión.
¿Está el borde claramente definido o borroso?
Ahí radica todo el problema de esta cuestión, la frontera entre la libertad de expresión y la discriminación se difumina y proliferan las interpretaciones.
No existe ningún instrumento regional vinculante que regule específicamente la prohibición de la discriminación por motivos de origen nacional, racial o religioso.
Finalmente, la lucha contra la discriminación requiere una descripción precisa de las acciones u omisiones consideradas discriminatorias y constitutivas de delito,. Hay todo un catálogo por definir en qué es el dominio de expresión y cuál es el dominio de discriminación.
¿La frontera entre libertad de expresión y discriminación es diferente según la persona interesada?
Resulta que la línea divisoria entre la libertad de expresión y la discriminación difiere según la persona o entidad a la que se dirige la expresión. Esto hace que este sistema sea aún más desigual y vago porque una ley debe ser impersonal y de carácter general, no puede aplicarse a un caso particular.
España ya ha sido condenada en cuatro ocasiones por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos por haber sancionado penalmente los insultos a figuras públicas. Lo mismo ocurre con el delito de atentar contra los sentimientos religiosos: la protección de conceptos abstractos o creencias religiosas no es motivo para restringir la libertad de expresión.
Por ejemplo, el caso de Pablo Hásel, que se encuentra preso por una pena desproporcionada, el de César Fresa, los integrantes de La Insurgencia, los titiriteros, Cassandra Vera o los participantes en la denominada Procesión de San Chumino Rebelde
Ya sea una figura pública, una entidad religiosa o pública o un ciudadano como cualquier otro, deben correr la misma suerte en materia de libertad de expresión y discriminación.
¿Cuál es el futuro de este debate entre la libertad de expresión y la discriminación?
El futuro de este debate es aclarar los estándares nacionales e internacionales en torno a la línea entre la libertad de expresión y la discriminación. Y esto en dos puntos, en las definiciones y en las sanciones.
En España, por ejemplo, ahora es inextensible reformar el Código Penal garantizando que ninguna de sus disposiciones vulnere las obligaciones internacionales de España en materia de protección de los derechos humanos.
Así, la educación en derechos humanos y la educación en el respeto a la diversidad, la existencia de procesos y espacios de justicia y reconciliación, así como la creación de sistemas que permitan la supervisión y respuesta necesaria a las minorías vulnerables, son medidas indispensables que muchas veces se pasan por alto en el abordaje de esta situación.
Conclusión
Debemos concluir que no, no podemos decirlo todo, pero ciertamente tampoco podemos decir nada. El derecho nacional e internacional debe ser preciso para evaluar qué entra dentro de la libertad de expresión y qué constituye discriminación. Además, las sanciones deben ser pacíficas, hay que educar antes de sancionar porque, repito, la libertad de expresión es la regla, la lucha contra la discriminación, la excepción.
por lo tanto, a la pregunta ¿dónde está el limite entre la libertad de expresión y la discriminación? Yo diría que lo estamos buscando, pero no lo encontramos.